Nosotros, los ancianos de las tribus jicaques de Mataderos, San 
Esteban, San Francisco, La Bolsita, Las Vegas y el Tablón; como depositarios de 
la sabiduría de nuestros antepasados y antes de pasar a mejor vida, reunidos en 
el Centro Apostólico "San Isidro Labrador" de Yoro los días 23 y 24 de agosto de 
1994, dejamos a las nuevas generaciones de las tribus el siguiente 
testamento:
 
 
 
  - Que nuestros hijos, nietos y bizniestos jicaques conozcan las tierras de 
  su tribu y sus linderos que nos dejó la Santa Misión para que continúe 
  defendiéndolas con valor inteligencia. 
    
- Queremos mostrar la las nuevas generaciones jicaques de Yoro nuestra gran 
  preocupación por las continuas invasiones y usurpación de nuestras tierra que, 
  desde hace más de un siglo, vienen realizando los ladinos; de manera especial, 
  denunciamos al general Filander Armijo Uclés quien ha cercado una vasta 
  extensión de tierras de la tribu de San Francisco Locomapa, con el agravante 
  de que la cerca impide el acceso a las comunidades indígenas del Sinaí y 
  Cabeza de Vaca número dos. 
    
- Los jicaques siempre hemos sido respetuosos con la madre tierra y el 
  hermano bosque, ellos nos han proporcionado, desde siempre, nuestro sustento; 
  con tristeza vemos cómo se ha cansado nuestra tierra y han desaparecido 
  nuestros bosques y nuestros animales, pedimos a nuestros jóvenes que mantengan 
  y revivan los bosques que son fuente de agua y vida. 
    
- Con profunda nostalgia vemos cómo nuestras tribus están perdiendo 
  aceleradamente las costumbres, las tradiciones y la lengua tol que os 
  transmitieron nuestros antepasados, desearíamos que nuestros hijos, hijas y 
  nietos las conservaran, siendo el matrimonio o unión entre los jicaques de 
  Yoro un buen camino para su conservación. 
    
- Con dolor y gran preocupación vemos el marginamiento de nosotros, los 
  ancianos, de los ancianos, de las decisiones de las tribus y las diferencias 
  internas; exhortamos a nuestros jóvenes jicaques para que acepten nuestros 
  consejos, participen en las asambleas y consejos de tribu, fortalezcan nuestra 
  organización social y fomenten día a día la unidad, la concordia y el progreso 
  de nuestras empobrecidas tribus. 
    
- El trabajo, el honor y el orgullo es una herencia inestimable que 
  heredamos de nuestros mayores, con inquietud contemplamos cómo nuestras tribus 
  cada día son más pobres, desearíamos que nuestros hijos y nietos mantengan 
  estos valores, pero deben introducir nuevos tipos de cultivo y nuevos 
  productos para que nuestra madre tierra nos dé frutos más abundantes y 
  nuestras tribus tengan un futuro más promisorio. 
    
- Con esperanza reconocemos cómo con los esfuerzos de las tribus, de algunas 
  organizaciones privadas amigas y del propio gobierno de ha logrado mejorar 
  nuestras precarias condiciones de salud; no obstante, pedimos a nuestras 
  nuevas generaciones jicaques que luchen para que cada tribu y comunidad tenga 
  agua potable y un centro de salud, deben aprovechar la medicina moderna sin 
  olvidar que nuestros mayores no dejaron un rico legado de hierbas y plantas 
  naturales que curan o mitigan nuestros dolores y enfermedades. 
    
- Desde que nuestros padre Manuel de Jesús Subirana nos trajo la Santa 
  Misión nos hemos esforzado en obtener educación para nuestros hijos y nietos; 
  pedimos a nuestros jóvenes que redoblen sus esfuerzos para que ninguna de 
  nuestras tribus y comunidades carezcan de escuela y maestro y que nuestros 
  jóvenes jicaques no sufran menosprecio y vejaciones de ladinos, como hasta 
  ahora ha ocurrido. 
    
- Algunos de nosotros, ancianos, jicaques de Yoro, conservamos como un 
  tesoro la lengua materna, "el tol", de nuestros antepasados, pilar de nuestra 
  cultura; pedimos con especial esmero a nuestros hijos, hijas y nietos que 
  aprendan nuestra lengua y no tengan pena ni miedo de hablarla ante propios y 
  extraños; además, solicitamos al Ministerio de Educación que tenga en cuenta a 
  las veintiún tribu jicaques de Yoro en el Programa Bilingüe y Bicultural. 
    
- Pedimos a nuestros jóvenes tolupanes que, siguiendo los pasos de nuestros 
  abuelos y bisabuelos, guiados por el padre Manuel de Jesús Subirana, continúen 
  fieles a la Palabra de Dios y, en el caso que deseen cambiar de religión, 
  elijan aquellas que sean respetuosas con nuestra forma de ver el mundo, 
  nuestras costumbres y tradiciones. 
    
- Con alegría queremos agradecer a la Iglesia Católica de Yoro, a las 
  religiosas y a todas aquellas organizaciones que, desde hace muchos años 
  ayudan a nuestras tribus jicaques de Yoro y les solicitamos que continúen 
  apoyando a las nuevas generaciones tolupanes.